x Juan Carlos Yáñez Andrade
Universidad de Los Lagos,
Departamento de Ciencias Sociales.
Los panaderos, desde fines del siglo XIX, participaron en numerosas manifestaciones de protesta contra el alza del costo de la vida. Importante por sus alcances fue la serie de huelgas desarrolladas a mediados de 1888. Hernán Ramírez Neco-chea, caracterizando estas movilizaciones, destaca que no fueron espontáneas, sino la culminación de un proceso, articulándose, además, a través de petitorios:
"Algunos de estos pliegos tienen singular importancia; acusan un principio de dominio, por parte de los trabajadores, de la estrategia que conviene emplear en las luchas sociales y de la táctica con que en ellas debe operarse; revelan también conciencia muy clara de los problemas que recaían sobre ellos y de las soluciones que debían ser adoptadas"16.
Entre esos pliegos se encuentra el presentado por los trabajadores panaderos de Santiago, el 5 de julio de 1888, en contra del impuesto que gravaba la carne importada. En el pliego se criticaba la falta de preocupación del gobierno por mejorar la situación del pueblo y las condiciones precarias en las que se trabajaba en las panaderías. Entre las demandas estaban la limitación de la jornada de trabajo a 12 horas, el aumento en un 50% del salario, la supresión de las multas por inasistencia al trabajo, el descanso dominical y el pago semanal, entre otras17.
En el período de movilizaciones que culmina con la huelga general de 1890, el gremio de panaderos nuevamente volvió a tener una destacada participación, y, según Sergio Grez, fue el único que manifestó un nivel de organización supra-local:
"El único gremio capaz de levantarse casi al unísono en la zona central fue el de los obreros panaderos. Su capacidad de lucha era, sin duda, el fruto de la experiencia acumulada en los años anteriores, sugiriendo algún probable grado de coordinación interprovincial, que hasta el momento no es posible probar"18.
En esta oportunidad las reivindicaciones apuntaban al pago íntegro del salario en moneda, aumento salarial y descanso dominical. Entre julio y agosto de 1890 las protestas de los panaderos se extendieron a Valparaíso, Quillota, Limache, Talca y Concepción. Una expresión del tipo de conflicto entre los panaderos y los industriales, es el que ocurrió en Chillan, donde, tras la organización de un paro, un industrial despidió a todos los trabajadores, reemplazándolos por mujeres19.
Es a comienzos del siglo XX cuando se vuelven a articular modalidades de organización gremial y demandas largamente sentidas de mejoramiento de las condiciones laborales. Es así como, en septiembre de 1900, vemos a los trabajadores panaderos de Valparaíso demandando mejores condiciones de trabajo, con un principio de acuerdo que, garantizado por las autoridades, fue desconocido por el grueso de los empresarios del rubro20. En 1903 nuevamente los empresarios panaderos no quisieron ceder en su posición frente al movimiento de los panaderos de Santiago y Valparaíso, que se declararon en huelga por un aumento salarial y descanso dominical21.
En Iquique fueron importantes las huelgas de panaderos de 1903 y 1905, demandando la aprobación del descanso dominical y aumento salarial, respectivamente22.
En 1905 son los panaderos de Antofagasta los que se suman a las movilizaciones, demandando aumento salarial, tras lo cual obtienen el pago semanal y un aumento del 20% de sus salarios23. Estas demandas se repetirán en 1906 y 1908, alcanzando satisfactorios resultados:
"Desde esta fecha, y mejorados los salarios según el costo de la vida, de entonces, pasó el tiempo en calma hasta junio de 1911, en que se organizó completamente el gremio, y con bases netamente modernas y en octubre de ese año iniciamos otro movimiento en petición de aumento de salario y reglamentación de quintalaje que se hacía por primera vez, lo que después de ocho días de tenaz resistencia por ambas partes se obtuvo por fin un triunfo completo de nuestras peticiones"24.
El gremio de panaderos de Iquique participó en el Comité Directivo de la Huelga en la Escuela Santa María de Iquique, con los delegados Ricardo Benavi-des y Abdón Espejo25.
1913 es otro año importante en la movilización de los panaderos. En enero los panaderos de Iquique demandaron un aumento salarial del 10%, que al cabo de un día de huelga es concedido por los empresarios26; en junio los panificadores de Coquimbo, luego de dos semanas de huelga, obtienen un aumento salarial; mientras que, en diciembre, los de Iquique fracasan ante un nuevo intento de aumentar sus salarios27.
En 1916 los trabajadores panaderos de Antofagasta se movilizaron en contra de un reglamento municipal que establecía el baño obligatorio a todo operario antes de entrar a trabajar: "nosotros en resguardo de nuestras vidas [sic] nos pusimos decididamente en contra de tal imposición, de tal manera que los pro-yectadores cambiaran de rumbo y reformaran su famoso acuerdo por la reglamentación actual"28.
Ya en 1917 el dirigente panadero Carlos Lafferte habría llevado a cabo intentos por promover la unificación de los gremios panaderos de Valparaíso y Santiago, convocando a un congreso nacional para abril de 1917, que, según Jorge Barría, no se habría podido llevar a cabo29. Efectivamente, desde marzo de 1917 una comisión -liderada por Carlos Lafferte y Manuel Zavala- salió en gira hacia Santiago y el sur del país, promoviendo la unificación del gremio de panaderos30. Si bien el congreso no se realizó, al parecer por problemas de organización, sí arribaron delegados de Antofagasta e Iquique, como lo destacan diferentes periódicos del gremio de panaderos31.
En 1918 encontramos al mismo Carlos Lafferte dirigiendo el periódico El Panificador de Santiago, órgano de la Federación de Panificadores y Ramos Similares. En su primer número se proponen las bases para los Estatutos de las Federaciones Provinciales y Departamentales de Panificadores y Ramos Similares, que buscaban echar a andar una base gremial más amplia, coordinando la acción de la Federación de Santiago, con aquellas creadas en las cabeceras provinciales y departamentales. Su objetivo era promover el bienestar de sus asociados y la lucha por la reglamentación del quintalaje, la aprobación del descanso dominical, el establecimiento de las ocho horas de trabajo, la higienización de las panaderías y la eliminación del trabajo nocturno32.
Según Jorge Barría Serón, las formas de organización obrera que se dieron los panaderos fueron las sociedades de socorros mutuos y las de resistencia, con una fuerte base gremial33. Haciendo referencia al sindicalismo anarquista, este autor señala:
"Organizados en agrupaciones libertarias y centros de estudios sociales los elementos anarquistas se empeñan en organizar a los trabajadores principalmente de profesiones y artes y oficios tratando de estructurar sociedades de resistencia que son núcleos pequeños en lo que a afiliados se refiere, pero dotados de un dinamismo que logra hacer despertar las conciencias societarias de amplias capas de obreros"34.
La misma Oficina del Trabajo, en su anuario estadístico de organizaciones obreras, reconoce que el mayor nivel de organización, hacia 1910, corresponde al gremio de panaderos -junto al de zapateros-, en la forma predominante de sociedades de resistencia35.
Al parecer la influencia del ideario anarquista en los panaderos es un hecho, no solo en el caso chileno, sino también en otros países de América. En particular se puede destacar que el primer sindicato obrero de resistencia en Argentina corresponde al de los panaderos de Buenos Aires, el cual fue fundado en septiembre de 188736. Por su parte, José Carlos Mariátegui destaca que la Federación de Panaderos Estrella del Perú fue el primer gremio en el cual influyeron las ideas anarquistas37. En el caso mexicano, fue importante el anarquismo en la creación de los primeros sindicatos panaderos y en la etapa de huelgas de comienzos del siglo XX38. En el caso chileno, Peter DeShazo estudió la influencia del anarquismo en los orígenes del movimiento urbano, especialmente en los gremios panaderos, zapateros y de la construcción. El dirigente anarquista Magno Espinoza habría organizado el gremio de panaderos de Valparaíso y habría ayudado a promover la huelga de 190339.
Un ejemplo concreto lo podemos encontrar en la creación de la Unión en Resistencia del Gremio de Operarios de Panaderías de Rancagua, en noviembre de 1906. Según su acta de constitución: "la dicha Sociedad propagará por todos los medios que estén a su alcance, el mejoramiento de sus funciones, trabajos y sueldos, como asimismo la creación y solidaridad entre los compañeros que defienden sus intereses los cuales sean explotados"40.
En tanto, el gremio de panaderos de Valparaíso habría participado en la creación de la sección chilena de la IWW, en diciembre de 191941.
En 1920 se organizó el Centro Comunista de Panificadores, de orientación anarquista, cuyo órgano de expresión fue el periódico El Comunista (de 1921 a 1923). Este centro participó en la campaña de los trabajadores panaderos de 1923 y 1924 en pro de la eliminación del trabajo nocturno y convocó a la primera convención nacional del gremio, en septiembre de 1923. Su declaración de principios aparece explícita en el siguiente documento de junio de 1921:
"¡Búsquese Ud. un revólver! [...]
¿Ud. cree por ventura que la revolución social se va a hacer con serpentinas como en los días de carnaval? ¿Ud. cree que los capitalistas van a entregar las tierras y las fábricas como entregan sus hijas a los millonarios? [...] Mientras Ud. siga gritando como tonto por las calles, pidiendo pan y justicia, verá Ud. cómo llueven las balas sobre su cabeza. Termino. Buscándose Ud. un revólver y aconsejando a los demás a prepararse para la Revolución, verá Ud. renacer una nueva aurora para el mundo. ¡Búsquese Ud., un revólver!"42.
¿Cómo entender que los mismos panaderos que emitieron esta declaración tan explícita en pro de la acción directa como vía de lucha en contra del capital, dos años después hayan participado en las movilizaciones por una legislación social que eliminara el trabajo nocturno de las panaderías?
Quizás el análisis de un incidente que movilizó también el interés del gremio de panaderos, entre 1920 y 1925, nos ayude a entender las diferentes formas que tenían de comprender la lucha y la acción política.
En 1912 un joven anarquista, Efraín Plaza Olmedo, asesinó a dos jóvenes burgueses de Santiago, al parecer para vengar la muerte de una decena de mineros de El Teniente que habían perecido por un rodado de nieve, colocando al descubierto las condiciones en que trabajaban. Ese hecho, sumado quizás a las propias angustias y miserias, llevó a Efraín Plaza a descerrajar varios tiros en contra de la juventud que paseaba el 12 de julio por calle Huérfanos43.
Según Carlos Vicuña, Plaza Olmedo se había hecho panadero por considerar esta actividad la más noble del mundo. Al parecer era un alma inquieta y preocupada por los problemas sociales y se había sentido atraído por el credo anarquista. Su juicio fue bastante mediático, alcanzando ribetes de escándalo cuando se defendió solo, señalando que se sentía satisfecho con su obra y que lo volvería a hacer si tuviera la ocasión44. El movimiento obrero levantó en varias oportunidades la demanda de libertad: "en su extravío la clase obrera hizo de este desgraciado una bandera y un símbolo y pidió para él muchas veces, inútilmente, gracia"45.
Ya desde 1920, con el arribo de Alessandri al poder, se hicieron gestiones por intermedio de su hijo Fernando para obtener su libertad, la cual fue denegada en varias oportunidades por temor a que repitiese el atentado46. Lo único que se logró fue su traslado a la cárcel de Talca, que presentaba mejores condiciones que la Penitenciaría de Santiago.
El 26 de febrero de 1925, diversas organizaciones de obreros, lideradas por la Unión Sindical de Panificadores, convocaron a un acto en la Alameda para pedir la libertad de Plaza Olmedo47. Esta misma organización, que algunos autores señalan que seguía controlada por la IWW, era la que había liderado el movimiento para la eliminación del trabajo nocturno en las panaderías y que ahora se había reunido con la Junta Militar que detentaba el poder de facto en Chile. Según propias declaraciones de la Unión Sindical, en el caso de la libertad de Plaza Olmedo, "no bastaba haber presentado formalmente a la Junta de Gobierno tal demanda, sino que era necesario 'reforzarla' con una serie de manifestaciones públicas"48. Al parecer esta doble acción, de movilización callejera y negociadora, había sido asumida como plenamente válida en los años de lucha en pro de la demanda por la eliminación del trabajo nocturno, y esta campaña por la libertad de Plaza Olmedo sería más bien una extensión de esa acción y la mejor demostración de la capacidad de influir en los órganos del poder.
Sin embargo, si se revisa el principal órgano de difusión de la Unión Sindical de Panaderos, el periódico titulado El Obrero Panadero, las razones para apoyar la libertad de Plaza Olmedo dicen relación más con un actitud caritativa que política. En un artículo se lo caracteriza como "un obrero sentimental y rebelde", llamando a una campaña por su libertad "a todos los hombres de corazón"49. De acuerdo a otro artículo, se demanda su libertad porque su caso estaría "comprendido en la amnistía decretada para todos los presos por cuestiones sociales [...]"50.
De todas maneras queda abierta la pregunta de por qué fue el gremio de panaderos el que lideró esta campaña por la libertad de un anarquista que, a los ojos de la opinión pública, merecía todo el rigor de la ley. De acuerdo a la propia confesión de Plaza Olmedo, su profesión era la de carpintero, aunque Vicuña -testigo privilegiado de los hechos- dice que era panadero. Señaló en el juicio la profesión de carpintero ¿como una forma de confundir a la audiencia, porque lo habría sido en algún momento, por negar su pasado o por no dirigir el odio de la ciudadanía hacia una de las actividades más nobles del mundo?
Lo cierto es que cuando Efraín Plaza Olmedo salió de la cárcel, gracias a un indulto presidencial, fue acompañado en todo momento por los delegados de la Unión Sindical de Panificadores en su retorno a Santiago, donde los esperaban actos de homenaje organizados por la IWW51. El auxilio de la Unión Sindical ¿era el apoyo de una organización anarquista a un compañero anarquista, la solidaridad a un obrero caído en desgracia o la ayuda a un antiguo compañero de labores? Difícil respuesta. Lo que parece cierto en este hecho es que el liderazgo de las sociedades de resistencia, hacia mediados de la década de 1920, estaba acusando el cambio en las modalidades de intervención del Estado y las mecánicas de negociación que se estaban comenzando a aplicar con las organizaciones obreras52.
La organización gremial de panaderos alcanzó su máximo desarrollo con la unificación del gremio en el primer congreso, realizado en septiembre de 1923 en la ciudad de Santiago. En esa oportunidad se establecieron las bases generales de funcionamiento y coordinación de las diferentes organizaciones del país. La declaración de principios de la Unión Sindical reconocía un objetivo inmediato y un ideal de lucha. En el primer caso se señalaba:
"La Unión Sindical de Panaderos de Santiago tiene por objeto asociar a todo el elemento panaderil, para exigir de la clase capitalista, a medida de su fuerza y capacidad consciente, todas las mejoras materiales y morales a que tiene derecho para vivir una vida digna y feliz"53.
Como ideal, la Unión Sindical buscaba la "socialización de los medios de producción por la clase trabajadora organizada sindicalmente"54.
Dentro del programa de acción inmediata, el artículo primero indicaba que la Unión Sindical congrega en su seno a todas las organizaciones de panaderos establecidas a través de la república bajo el título de sindicatos, sociedades de resistencia y gremios de panaderos, los cuales aceptan su declaración de principios y su programa de acción inmediata; mientras que el artículo cuarto reconocía el carácter autónomo de cada gremio, no admitiendo la hegemonía de ninguna doctrina, fuese política, religiosa o ideológica. En este mismo sentido, no eran admitidas las polémicas doctrinales en sus asambleas de lucha económica, como forma de no dividir al gremio.
En una línea similar, un articulista del periódico El Obrero Panadero, que como ya dijimos era el órgano de difusión de la Unión Sindical, conceptualizaba la idea de libertad de la siguiente manera: "entendida esta palabra en el sentido que garantiza a sus organismos adheridos la más completa autonomía"55. Como lo reconocía en su declaración de principios, la Unión Sindical aceptaba todo tipo de organizaciones en su seno, con el único compromiso de que respetaran esa declaración, con lo cual podía aparecer como plenamente compatible la lucha por la legislación social con el ideal de organización libertaria en que muchos gremios de panaderos se insertaban. En el fondo, la acción común para movilizarse en contra del trabajo nocturno en las panaderías solo podía hacerse respetando la autonomía de cada gremio de panaderos.
Complementariamente, para estos mismos agremiados, la lucha en contra del industrial por imponer el trabajo diurno en las panaderías podía ser definida como "divorcio libertario" del obrero con respecto al patrón, señalándose, en un artículo con un sugerente título, que: "hemos ganado en consecuencia una gran fortuna moral y en el libro social de este año debemos anotar como balance 'el despertar de conciencia proletaria', como el más interesante dividendo del año"56.
La Unión Sindical se organizaba en torno a la Junta de Administración, que llevaba a cabo la labor ejecutiva, y al Comité de Relaciones, que coordinaba los "pactos de alianza" entre las diferentes organizaciones de panaderos del país. Estos pactos consistían en la coordinación de las acciones en pro de la defensa de los agremiados y la lucha en contra de los industriales panaderos. Sin embargo, un aspecto no menor era la tarea de regular el mercado de trabajo. Para ello cada gremio debía llevar un libro de registros, indicando el número de asociados que tenía. Así el panadero recibía un carné de reconocimiento, que servía como certificado para ser aceptado en las bolsas de trabajo manejadas por el gremio. Un libro de registro general estaba en manos del Comité de Relaciones, de tal manera que cuando un obrero sindicalizado quería trasladarse a otra localidad, recibía un certificado con el cual podía presentarse a la bolsa de trabajo del nuevo gremio y así obtener empleo57. Para lograr el objetivo de llevar un control del mercado de trabajo, el Comité de Relaciones realizaba estudios estadísticos sobre los sindicatos, las condiciones de trabajo, remuneraciones y, en general, sobre la condición de la industria en cada ciudad.
¿Fue la movilización en pro de la eliminación del trabajo nocturno en las panaderías la que ayudó a reforzar la unidad de un gremio históricamente falto de coordinación, o más bien fue el decreto de eliminación del trabajo nocturno lo que los motivó a reforzar una acción coordinada para batallar en defensa del triunfo logrado? Este aspecto no está del todo claro, por lo que volveremos a discutirlo al final de este artículo. Lo que sí está claro es que la lucha en pro de una legislación especial para el gremio, y su posterior aprobación, no hicieron más que marcar un punto de inflexión en torno a qué tipo de organización era y debía ser la Unión Sindical de Panificadores.
-- Fuente: HISTORIA Vol. 41, N° 2, julio-diciembre 2008: 495-532 ISSN 0073-2435
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